Cada 8 de septiembre la humanidad progresista recuerda a un hombre de inconmensurables dimensiones revolucionarias: Julius Fucik, periodista checo que sufrió en carne propia los horrores del nazi-fascismo hasta ser brutalmente asesinado en una de sus mazmorras.
Fucik nació el 23 de febrero de 1903 en Praga, la capital de
su país. Desde pequeño tuvo proclividad por el arte y la literatura. De ahí que
actuara en diferentes teatros en calidad de cantante y que en 1915, con solo 12
años de edad, fundara El Eslavo, su primer periódico juvenil.
El 1ro de mayo de 1918, un año después de la Revolución
Rusa, participó en una manifestación junto a varios compañeros de estudio. La
proclamación de la república lo ilusionó con las fuerzas que derrocaron al
imperio austro-húngaro. A los 18 años se
afilió al Partido Comunista y comenzó sus estudios en la Facultad de Filosofía
y Letras, en Praga.
Escribió en periódicos como El Socialista, Pramem y
Avantgarda. En 1925 comenzó a publicar críticas teatrales en Rude Pravo, órgano
de los comunistas checos. En 1930 viajó clandestinamente a la URSS. Retornó a
su Patria para relatar en detalle los esfuerzos en la construcción del
socialismo que llevaba a cabo su primer Plan Quinquenal. En otro de sus viajes,
resultó detenido y encarcelado durante una temporada.
En 1933, el periódico Tvorba publicó en sus páginas su
primera novela, titulada Teresita y el jovial embargador. Para entonces, Julius
Fucik ese desempeñaba como redactor-jefe de Halo Noviny, nuevo diario cultural
y político del Partido Comunista. Tiempo después, y ante el acoso de la policía
política, se vio obligado a vivir en la clandestinidad.
En 1934 viajó secretamente a la URSS y la recorrió durante
dos años. En 1936 defendió al pueblo español contra el dictador Francisco
Franco. Además, trabajó en la formación de un gran frente de alerta contra el
peligro de fascismo. En 1938 volvió a Tvorba, en momento en que el Partido
Comunista movilizaba al pueblo por la independencia.
Luego del Pacto de Munich entre la URSS y Alemania, el gobierno checo prohibió todas las
publicaciones del Partido Comunista. Fucik siguió escribiendo artículos en la
clandestinidad. Un año después, el 15 de mayo de 1939, el ejército nazi ocupó
Checoslovaquia. Fucik fue buscado intensamente por las fuerzas fascistas de
seguridad.
Se refugió en la ciudad de Praga, oculto casi siempre en
hogares obreros. En esa situación se dio a la tarea de restablecer contactos
con miembros del primer Comité Central ilegal del Partido Comunista. En nombre
de los intelectuales checos, escribió su Carta abierta a Goebbels, ministro
nazi de propaganda. Entre otras cosas, le decía:
"Pero si usted, calumniador infame, imagina que
nosotros, intelectuales checos, tenemos menos orgullo y menos carácter que el
pueblo del que brotamos, si usted se figura que podrá reducirnos o
atemorizarnos para que nos alejemos y vallamos con la Gestapo contra el pueblo;
si usted piensa eso, oiga nuestra respuesta reiterada: no, nunca, jamás".
En 1941, arrestado el Comité Central, Fucik cooperó en la
organización del segundo y asumió la dirección política y la propaganda en la
prensa. Aseguró la publicación ilegal de Rude Pravo, editó la Constitución de
la URSS y la Historia del Partido Bolchevique. Miles de comunistas y de
patriotas checos fueron encarcelados y ejecutados. La Gestapo quería liquidar
el combate clandestino y terminar con el órgano dirigente.
El 24 de abril de 1942 Julius Fucik fue detenido. El 25 de
agosto del año siguiente, luego de feroces torturas, lo juzgaron en Berlín. Los
jueces preguntaron si reconocía haber ayudado con sus actos a la Rusia
bolchevique. A lo que respondió con firmeza
revolucionaria:
“Si, he ayudado a la
URSS, he ayudado al Ejército Rojo, y eso es lo mejor que he hecho en mis 40
años. (…) Ahora van a dictar sentencia. Conozco su contenido. La muerte a ese
hombre. Mi veredicto acerca de ustedes lo he dictado hace mucho tiempo: ¡Muera
el fascismo, muera la esclavitud capitalista! ¡La vida al hombre! ¡El porvenir
al comunismo!"
Durante su reclusión, escribió el libro Reportaje al pie de
la horca, sacado hoja por hoja de la cárcel y publicado en 1945. Tuvo
extraordinaria resonancia internacional y se tradujo a más de 80 idiomas. Fucik
fue ejecutado el 8 de septiembre de 1943 en el presidio de Plotzensee, en
Berlín, al décimocuarto día de condenado. En su honor, el mundo celebra en esa
jornada el Día Internacional del Periodista.
Por Juan Morales Agüero