El periódico Cinco de septiembre, de la provincia de Cienfuegos, quizás sin proponérselo, ha establecido una experiencia novedosa para el ecosistema digital cubano. Ante la imposibilidad de actualizar su sitio web, que se encuentra en construcción, han optado por publicar sus contenidos, íntegros, en las redes sociales, fundamentalmente en Facebook.
Habitualmente este tipo de plataformas se utilizan como una
herramienta para derivar tráfico hacia los sitios; sin embargo, recientemente
en los medios se han establecido dos tendencias que demuestran otras
potencialidades de las redes sociales.
Una de ellas tiene que ver con la experiencia del Cinco de
septiembre. Existen medios como NowThis News o Circuit Breaker que no tienen
sitio web y se circunscriben a publicar sus contenidos en las redes sociales.
Se trata de un ejercicio que ahonda más la crisis en los paradigmas del
Periodismo no solo por los cambios en el lenguaje de los contenidos, sino
también por la transformación de las rutinas productivas y el feedback con los
públicos.
La otra tendencia tiene que ver con la concepción de los
perfiles en las redes sociales como una plataforma para extender los contenidos
del medio. Es decir, Facebook o Twitter, por solo mencionar dos ejemplos, no se
limitan a replicar los enlaces del sitio web, sino que publican primicias,
exclusivas y contenidos especiales.
El sistema de medios de Las Tunas cuenta con algunas
experiencias que pudieran tomarse como referentes. Tal es el caso del
seguimiento al programa radio televisivo Latir de Pueblo, la cobertura a
eventos deportivos, culturales o políticos, aunque en ninguno de estos casos
los resultados de esa gestión en las plataformas digitales se han bifurcado con
los medios tradicionales.
De lo que se trata es de diversificar las ofertas de
información teniendo en cuenta los modelos de consumo de cada tipo de público.
Este fenómeno azuza el proceso de integración de redacciones y al mismo tiempo
lo complejiza desdibujando aún más las fronteras de la división del trabajo
dentro de un medio.
Es perentorio que el modelo de gestión de cada medio incluya
la planificación, no solo de contenidos para la web o la plataforma
tradicional, sino también para otras como las redes sociales, además de que se
tengan en cuenta formatos de lectura como los dispositivos móviles y las
tabletas, cuyo uso para acceder a Internet crece cada día más, especialmente en
Cuba mediante las zonas Wi Fi.
Un ejemplo a tener en cuenta lo constituye Radio Victoria y
su sitio web Tiempo 21. El medio convencional cohabita con su plataforma
digital, de la cual se ha derivado recientemente una productora de
audiovisuales. Con muchas potencialidades esta experiencia; sin embargo,
adolece la poca integración entre los contenidos interplataformas y su gestión
en las redes sociales.
Precisamente la falta de competencias profesionales
adecuadas para este nuevo contexto mediático, constituye uno de los más
evidentes hándicaps además de las incongruencias entre sistemas de pago y
plantillas laborales, las cuales no conciben, por ejemplo, especialidades como
los community managers o simplifican en demasía las tareas que deben asumir los
editores web.
En ello influye además que aún cuando muchas redacciones del
territorio se han declarado como integradas, la práctica cotidiana demuestra
que el antiguo modelo no se ha superado.
Aunque la revolución digital llevó a la crisis a la práctica
periodística, este fenómeno presenta una amplia gama de herramientas y
potencialidades para redimensionar esta profesión y encontrar nuevas formas de
conectar con los públicos.
Por José Armando Fernández Salazar