Este 28 de Octubre, millones de cubanos dentro y fuera del país, conmemoraremos el aniversario 57 de la desaparición física del inolvidable comandante Camilo Cienfuegos.
Durante su intensa vida de solo 26 años dejó una huella
indeleble, al incursionar por una
escuela de arte y una sastrería en La Habana, varias ocupaciones como emigrante
en Estados Unidos, la lucha contra los gobiernos entreguistas de la Cuba
prerevolucionaria y en la lucha popular
y guerrillera contra la tiranía batistiana.
El 10 de marzo de 1952, al producirse el golpe de estado de
Fulgencio Batista, concurrió a la Universidad a solicitar armas para resistir a
la dictadura, donde establece amistad con otros jóvenes que más tarde
engrosarían las filas revolucionarias.
En abril de 1953 viaja a los Estados Unidos en busca de una
mejor situación económica, se vincula a los emigrados latinoamericanos y participa en diversas manifestaciones.
En ese país, su vocación revolucionaria lo llevó también a
utilizar la prensa como arma de combate y escribe un artículo para el periódico
La voz de Cuba al que titula Identificación Moral, contra la dictadura militar
de Fulgencio Batista instaurada en Cuba.
En 1955 fue detenido en San Francisco por el Departamento de
Inmigración y deportado México.
Regresa a Cuba, vuelve a
trabajar como sastre y prosigue la lucha contra el régimen de Batista.
En diciembre de ese año resultó herido de bala durante una
manifestación en honor al héroe cubano Antonio Maceo, lo que no le impidió
participar del acto en conmemoración del 103 aniversario del nacimiento de José
Martí en el parque Central.
Es golpeado y conducido al BRAC (Buró de Represión de Actividades Comunistas)
donde fue fichado por ese cuerpo policial.
Perseguido y sin trabajo decidió ir al exilio, por lo que en marzo de 1956 viajó nuevamente a Estados Unidos, pero en septiembre
se traslada a México, donde establece contacto con Fidel Castro y se enrola en
la expedición del yate Granma
Camilo fue el último
elegido para integrar el destacamento que iniciaría la lucha armada contra la
tiranía en Cuba, debido a que NO tenía el entrenamiento militar
suficiente, pero con el tiempo demostró
su valentía, pericia organizativa y cualidades como jefe guerrillero, que les
valieron para alcanzar el grado de Comandante del Ejército Rebelde.
En agosto de 1958, se le encomendó la misión de conducir
la columna invasora "Antonio
Maceo”, desde la Sierra Maestra hacia el Occidente de Cuba y junto a la columna
dirigida por el comandante Ernesto “Che” Guevara, realiza una exitosa campaña
en la central provincia de Las Villas.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana, fue designado al
frente del Ejército Rebelde, en el cual desarrolló una meritoria labor
organizativa hasta su desaparición física, el 28 de octubre de 1959.
El comandante Camilo Cienfuegos era extraordinariamente
popular y muy querido por su humildad, sencillez, sonrisa franca y las
relaciones con sus subordinados y la población.
Otro titán de la gesta emancipadora, el Comandante Ernesto
Guevara diría entonces: “Camilo fue el
compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en los momentos
difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio
un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa. Camilo era Camilo, señor de la vanguardia…
Como es tradicional en esta fecha, millones de
compatriotas de todas las generaciones,
les rendiremos homenaje lanzando flores en las aguas de nuestras costas, ríos y
presas, para no olvidar a quien nos
dijo, que el ejército revolucionario
cubano, no es otra cosa que el pueblo uniformado y que la bandera de la
estrella solitaria, la defenderán hasta
nuestros muertos.
Por: Luís Manuel
Quesada Kindelán.