Este 26 de octubre, tras 25 años de confrontación
diplomática en el seno de la ONU, fuimos testigos una vez más, del total aislamiento de Estados Unidos, en
un tema tan denigrante para esa nación, como es el bloqueo económico, que mantiene contra Cuba durante más de medio
siglo.
Varias generaciones de cubanos hemos vivido bajo los efectos
de ese criminal e ilegal engendro jurídico de Estados Unidos, encaminado a
vencer por hambre, penurias y dificultades de todo tipo, a la victoriosa
Revolución Cubana y su heroico pueblo.
Al cabo de cincuenta y tantos años de bloqueo económico,
sabotajes, actos terroristas, ataques piratas y agresiones, la actual
administración del Presidente Obama, ha reconocido el rotundo fracaso de esa
política hostil y lleva a cabo un proceso hacia la normalización de las
relaciones con nuestro país.
El fracaso norteamericano, NO es consecuencia solamente de
estrategias equivocadas de esa nación, cuyas acciones concretas han sido
derrotadas en su momento y que ahora se empeña en obtener sus objetivos, con la
utilización de otros métodos más sutiles.
Está claro, que las poderosas esferas de poder en Estados
Unidos, siguen empeñados en destruir la
obra gigantesca de la Revolución Cubana, lograda en medio del mayor y más
prolongado asedio al que haya sido sometido pueblo alguno.
Es cierto, que con extraordinarios esfuerzos y sacrificios
hemos sabido sobreponernos, mantener las grandes conquistas revolucionarias,
avanzar en la economía, elevar el nivel científico-técnico y mantener la ayuda
solidaria en numerosos países.
Sin embargo, el criminal bloqueo nos golpeó con toda su
fuerza genocida, durante los años 90 del pasado siglo, luego del derrumbe del
campo socialista en Europa del Este, cuando nos vimos precisados a establecer
el Período Especial en tiempo de paz, y
adoptar decisiones dirigidas a resistir la nueva situación.
La férrea resistencia de los cubanos, bajo la guía de Fidel
y el Partido Comunista de Cuba, permitió rebasar aquella difícil prueba, sin
afectar las principales conquistas de la Revolución y resulta evidentemente, que la política
estadounidense para destruirnos, se
tornó con el tiempo, en un rotundo fracaso.
Nuestra firmeza en los ideales y la causa que defendemos
cuenta cada vez con mayor solidaridad y simpatías en todo el planeta.
La reciente aprobación casi unánime en Naciones Unidas de la
Resolución contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados
Unidos contra Cuba, constituye una nueva lección, de que son los gobernantes
norteamericanos, los que están cada día
más aislados.
No obstante, estamos conscientes de que la batalla aún NO
está ganada.
Poderosas fuerzas políticas y económicas, especialmente en
el Congreso norteamericano, ejercen una
férrea resistencia al levantamiento del bloqueo y se resisten a reconocer su
fallida política.
Por lo tanto, para nosotros está claro, que la lucha contra el
bloqueo continuará, no sabemos por
cuanto tiempo y para ese combate estamos más preparados y acompañados.
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán