La historiografía tunera es copiosa en
materia de investigaciones. En efecto, son múltiples los libros escritos en
torno a la fundación y evolución de la ciudad y sus asentamientos. Esos textos
constituyen casi las únicas fuentes pasivas disponibles para consultar, pues los
archivos del siglo XIX –incluyendo las colecciones de periódicos y revistas de
la época- desaparecieron entre las llamas en cada ocasión en que la villa fue
reducida a cenizas por nuestros mambises.
Uno de los investigadores locales que más empeño
y dedicación puso en la tarea de reconstruir la historia de Las Tunas a partir
de la recopilación de muestras documentales, bibliográficas y periodísticas fue
Raúl Addine Simón, un inmigrante palestino radicado por acá, cuyo verdadero
nombre era Hosne Abdine Simón. Nació el 21 de diciembre de 1918 en Belén de
Nazaret, la misma ciudad árabe donde, según las Sagradas Escrituras, vino al
mundo Jesucristo.
Al fallecer su padre, la familia decidió
emigrar, y Cuba fue el país escogido, al
que llegaron el 18 de diciembre de 1935. Decidieron radicarse en la ciudad de
Victoria de las Tunas. Aquí aprendió el idioma español de manera autodidacta.
Luego aprendió la profesión de carpintero, comercializó muebles y hasta fue
agente seguros. En 1948 se casó con Catalina Fernández, con la que tuvo dos
hijos.
Durante un buen número de años, Addine
–también promotor cultural- colaboró en la prensa escrita tunera, en cuyas
páginas publicó reseñas de sus hallazgos o comentarios sobre temas citadinos. Muchas
crónicas y pinceladas de la época emergieron de su pluma, siempre dispuesta a aprehender
para los lectores facetas apenas conocidas de la historia local, en especial en
torno a la vida del Mayor General Vicente García y Gonzáles, de quien fue gran
estudioso.
Luego de 1959 trabajó como oficinista en
una fábrica de monturas y más tarde en los Juzgados de la ciudad. Gran
lector y coleccionista de sellos, adoptó un método para acopiar
información: recortaba los materiales relacionados con la ciudad aparecidos en
las publicaciones periódicas, documentos, fotos, revistas, folletos y los
pegaba luego en cuadernos y álbumes. Esa valiosa papelería constituye hoy una
apreciable fuente de consulta para los estudiosos y una excelente alternativa
de conocimiento de la historia de nuestra localidad.
Raúl Addine Simón falleció en esta ciudad,
el 9 de junio 1985. Su abundante documentación personal, resultado de muchos
años de pesquisas en las más heterogéneas fuentes vivas y pasivas, le fue
entregada por su viuda al Archivo Histórico Provincial en calidad de donación. Allí
conforman un fondo muy solicitado por los estudiosos.
Por: Juan Morales Agüero