miércoles, noviembre 06, 2019
Por una parte, los principales países occidentales, con Estados Unidos a la cabeza, se empecinan en preservar y apuntalar su poderío económico y militar, con acciones cada vez más agresivas, contra aquellos que de alguna u otra forma, resultan blancos de su política hegemonista.
De otra parte, están los que han escogido una ruta que conduzca a mayor alcance social, de unidad y de solidaridad, para hacer frente a los grandes capitales y a sus acciones belicistas, depredadoras y explotadoras de las riquezas naturales del planeta.
A las tradicionales batallas de países, como Palestina, Siria e Irán en el Medio Oriente, se suman, con sus características especiales, varios países de América Latina, cuyas poblaciones han decidido mayoritariamente, un rumbo distinto al neoliberalismo para su desarrollo socio-económico.
Cuba demuestra en 60 años de Revolución triunfante, lo apropiado de ese camino, aunque ha implicado grandes riesgos, que decidimos enfrentar con dignidad y patriotismo.
Prueba de ello, resultan los indiscutibles éxitos de procesos revolucionarios como los de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, a los que se han sumado los movimientos progresistas de Argentina, Uruguay, Ecuador y de las pequeñas islas caribeñas.
En Estados Unidos, por ejemplo, las políticas erráticas de su actual administración, ha sacado a la luz, las grandes contradicciones e injusticias propias de su obsoleto sistema, que estimula la discriminación, el odio racial, el uso indiscriminado de las armas, el desprecio a los inmigrantes y el irrespeto al orden internacional y sus instituciones.
La injerencia imperial y la prepotencia del actual Presidente de Estados Unidos, lo ha conducido a situaciones extremadamente complejas, que incluye el actual proceso iniciado por el Congreso para llevarlo a un juicio político, que puede conllevar incluso a sus destitución.
Pero, no crean que eso resultará nada fácil. Requerirá de un largo y engorroso proceso legal, en cuyo trayecto, el mandatario podrá hacer uso de sus prerrogativas, sus influencias y su dinero.
Los medios de prensa nacionales y en otros lugares del planeta, siguen con gran interés los acontecimientos presentes y futuros, cada uno desde sus respectivos puntos de vistos y sus intereses.
En cuanto a Cuba, los hechos se presentan con la mayor objetividad posible, haciendo hincapié en las enormes tareas que nos esperan en el 2020, tanto en el ámbito interno, como internacional.
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán
