El nuevo
presidente estadounidense, Donald Trump,
no ha perdido tiempo para emitir desde su despacho oval en la Casa Blanca,
varios decretos y órdenes, para dar cause a lo prometido durante la campaña
electoral.
De un plumazo
del recién estrenado mandatario de Estados Unidos, abandonó la famosa Alianza
Económica Transpacífico, deja de beneficiar a millones de norteamericanos
acogidos al plan concebido por su antecesor para los servicios de salud pública
y autoriza la construcción acelerada de un muro para impedir la entrada de
emigrantes procedentes de México y otros países latinoamericanos.
Los eventos de
la primera semana de gobierno, pusieron a las claras, que sus planteamientos
para ganar adictos en las elecciones, no
eran meras “promesas electorales”.
Sin embargo,
quedan todavía muchos temas por dilucidar con el paso del tiempo, como son la
futura permanencia o no, en la Organización del Tratado del Atlántico Norte
(OTAN) y sus vínculos con Europa, las
relaciones con Rusia y China, la postura con respecto al conflicto en Siria, y
la lucha contra el terrorismo.
También está
por ver, si plasmará en sus venideros decretos y órdenes ejecutivas, el
abandono de los compromisos contraídos con anterioridad, para poner freno al cambio climático y a la
emisión de gases contaminantes.
Por otra
parte, se desconoce a ciencia cierta,
que postura adoptará el presidente Trump, en asuntos tan cercanos como
las relaciones con los países Latinoamericanos y especialmente en el proceso hacia la normalización de las
relaciones con Cuba, iniciado durante la administración de Obama.
Son muchas, las
preguntas que aún están por resolver en el complejo panorama del mundo actual,
donde indudablemente, Estados Unidos
desempaña un importante protagonismo.
Cualquiera que
sea la actitud del Presidente en estos temas y muchos más, Cuba mantendrá su
firme postura en la construcción del socialismo, la integración latinoamericana
y caribeña, la solidaridad internacional y el antiimperialismo.
Nuestro
propósito por normalizar las relaciones con Estados Unidos, se mantiene
vigente, pero como se ha dicho por el gobierno cubano, ello no será posible
mientras se mantenga vigente el criminal bloqueo económico, no de devuelva al
país el territorio ilegalmente ocupado en la bahía de Guantánamo y se elimine
la política injerencista en nuestros asuntos internos.
Nuestro país
inauguró hace cerca de 60 años, una nueva era de justicia social, colaboración,
solidaridad y convivencia pacífica entre todas las naciones latinoamericanas,
bajo el principio de integración a pesar de las diferencias.
Seria bueno,
que los gobernantes de la mayor potencia económica y militar del planeta,
entiendan de una vez, que el mundo no puede
ser regido a sus antojos.
Ojalá, que el
buen juicio y la cordura, se impongan de una vez, y podamos vivir todos en paz, respeto mutuo y
buena vecindad.
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán.