Una vez reunificado el grupo de expedicionarios, que comandado por Fidel Castro, logró sobrevivir tras el desembarco del yate
Granma y establecerse precariamente en la Sierra Maestra, en toda Cuba se intensifica
la creación de células clandestinas del Movimiento 26 de Julio para apoyar a la
incipiente tropa guerrillera.
Entre los dirigentes más importantes que actuaban en el
llano se encontraban Frank País, Vilma Espín, Celia Sánchez, Faustino Pérez y
Armando Hart.
Durante los primeros meses de 1957, el pequeño grupo guerrillero se mantuvo
gracias al apoyo de los campesinos de la zona y acosados por las tropas del
gobierno.
Se sucedieron una serie de pequeños combates, como el ataque
al cuartel de La Plata, con los cuales demostraban su presencia y la
disposición de continuar la lucha.
El Che, incorporado plenamente al grupo de guerrillero,
actuaba como médico y ofrecía sus servicios
a los pobladores, por lo que comenzó a ser conocido en la región por su
profesionalidad, valor, visión táctica y capacidad de mando.
En esos primeros meses,
dos importantes publicaciones periodísticas norteamericanas, logran
enviar a sus reporteros hasta la Sierra Maestra.
El periódico “The New York Times” y la cadena de televisión
CBS, publican entrevistas con Fidel y fotos con los guerrilleros en lo más alto
de la Sierra.
El impacto fue enorme, tanto en Cuba como en otros países,
lo que generó en su población y organizaciones sociales, una gran simpatía
hacia Fidel y sus hombres.
Ya a finales de mayo, el ejército guerrillero contaba con
128 combatientes bien armados y entrenados, por lo que Fidel decide atacar al
Cuartel del ejército batistiano en El Uvero, su primera acción de cierta
magnitud, que el Che calificaría como la mayoría de edad del Ejército Rebelde.
Resultó un combate intenso, en el que murieron 6
guerrilleros y 14 soldados y hubo gran cantidad de heridos de ambos bandos.
Luego del combate, Fidel decide dejar al Che a cargo de los
heridos, para no demorar al grupo principal ante la inminente persecución por
parte de las tropas del gobierno
Guevara entonces atendió a todos los heridos de ambos
bandos, y llegó a un acuerdo con el médico del cuartel para dejar a los más
graves, con la condición de que se les respetara
la vida al ser detenidos.
Con cuatro hombres (Joel Iglesias, Alejandro Oñate, Vilo
Acuña y un guía, escondió, protegió y curó durante 50 días a los siete
guerrilleros heridos en el combate.
En ese tiempo, no solo los protegió, sino que impuso disciplina
en el grupo, reclutó nuevos guerrilleros, obtuvo el apoyo del mayoral de un
latifundio y estableció un sistema de aprovisionamiento y comunicación con la
ciudad de Santiago de Cuba.
Cuando el 17 de julio volvió a reunirse con el destacamento
de Fidel, tenía ya un pequeño ejército
de 26 combatientes. Para entonces los rebeldes operaban libremente en un
pequeño territorio al oeste del Pico Turquino.
Ese día, Fidel decide
formar una segunda columna con 75 hombres,
asciende al Che al grado de capitán y cinco días después lo designa
Comandante de esa formación.
Hasta ese momento solo Fidel ostentaba ese grado, por lo que
en lo sucesivo, el trato hacia él debía ser: "Comandante Che
Guevara".
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán.