La
historia de esta imagen es desgarradora. La tomó el fotógrafo francés Frank
Fournier el 15 de noviembre de 1985, dos días después de que el volcán
colombiano Nevado del Ruiz sepultara bajo sus cenizas al poblado de Armero y a
25 mil de sus 40 mil habitantes.
En
ella aparece la niña Omayra Sánchez, de apenas 13 años de edad, quien
permaneció durante 60 horas atrapada de la cintura para abajo entre el fango, los
escombros, los cadáveres de algunos de sus familiares y enfocada impúdicamente
por las cámaras de televisión.
Según
los socorristas de la época, la única posibilidad de salvarla era conseguir una
motobomba que succionara el fango en torno suyo. Pero, en medio de aquel caos
de muerte y desolación, el equipo nunca apareció.
Había
otra opción, aunque extrema: amputarle las piernas. Fue descartada por el
personal paramédico carecer de instrumental. Los miembros de los equipos de
rescate se limitaron entonces a rezar junto a la niña y a tratar de aliviarle
la penuria.
Frank
Fournier declararía luego en una entrevista: “Al tomar su fotografía me sentí
totalmente impotente, sin poder alguno de ayudarla. Ella se enfrentaba a la
muerte con coraje y dignidad, sentía que su vida se le iba” En efecto, Omayra se
mostró fuerte hasta el último momento de su vida.
Durante
el tiempo que duró su tragedia no hizo otra cosa que pensar en la escuela. “Voy
a perder el año, porque van dos días que falto al aula. ¡Ay caramba, hoy era el
examen de matemáticas!”, aseguran que dijo en medio de su agonía.
El
fotógrafo francés fue duramente increpado por la opinión pública mundial luego
de que la revista gala Paris Match
publicara la imagen. "¿Por qué no la ayudaste?", "¿Por qué no la
sacaron?", le preguntaban por todas partes. Fournier capeó el temporal con
evasivas. Ese propio año 1985 recibió el premio World Press Photo.
Por Juan Morales Agüero