Escuche muchas veces su voz en el programa Hablando
Claro que hizo por mucho tiempo con Luis Sexto, así que cuando me lo
presentaron en la Casa de la Prensa de Las Tunas me era muy familiar. No
recuerdo la fecha, porque a Moltó cuando le hablabas era como si lo conocieras
de siempre, su manera de entender lo que le decías y proponerte soluciones fue
una de sus mejores virtudes.
Aquel día Antoms y yo le preguntamos cómo
tener una publicación acá en nuestro patio y nos dijo: «deben empezarlo digital
y si tiene impacto los ayudo con el papel». Aunque lo empezamos recién me doy
cuenta que no le hicimos caso.
Un día estuvimos en la sede nacional de la
Unión de Periodistas, y cuando pasamos por su oficina solo lo pudimos saludar
de hola y mover la mano, lo tenían atrapado
solucionando problemas. Todas eran mujeres, no lo olvido porque a los días nos
volvimos a ver celebrado el Día de la Prensa, en su abrazo le dijo a Antoms:
disculpa es que las mujeres de mi oficina siempre me tienen mucho trabajo y me
protegen demasiado.
Me queda mucho por decirle a Moltó, seguiré
pensando que cuando lo vea le contaré de las formas que hacemos en Las Tunas el
humor gráfico.
Por: María de Antoms / Foto: Rey López