martes, 24 de abril de 2018


Un absurdo accidente de tránsito le cercenó la vida a un auténtico personaje de la capital tunera. En efecto, a pesar del esfuerzo de los médicos que lo atendieron después de ser atropellado por un motociclista, falleció y fue sepultado en el camposanto municipal Alberto Álvarez Jaramillo, el popular Comandante, quien durante más de medio siglo recorrió nuestras calles como uno de sus símbolos más representativos.
Resultó una pésima noticia para la gente que tanto lo quiso y respetó. Múltiples ofrendas florales fueran depositadas junto a su féretro que, para honra de su criollísima cubanía, fue cubierto por la bandera nacional. Tenía 78 años de edad este hombre taciturno y cavilador, autor involuntario de una página costumbrista del imaginario callejero. En lo adelante, la ciudad sentirá su ausencia. Les propongo leer esta crónica que hace algunos años escribí sobre él. Deviene ahora mi homenaje a un ícono que, por propio derecho, ya pertenece a la posteridad. Atención, escritores y artistas locales: ahí tienen un buen tema de inspiración para perpetuar su memoria.
EL CABALLERO DE... LAS TUNAS
Cuando la ciudad se despereza entre las brumas del amanecer, Alberto Álvarez Jaramillo ─popularmente conocido por El Comandante─ se asoma a la calle a reencontrarse con lo cotidiano. Gasta pantalón y camisa verde olivos, charreteras militares y boina carmesí. Deambula sin destino fijo, inmerso en sus fantasías, igual dirigiéndose a un auditorio imaginario que adoptando sofisticada pose de tribuno. Sí, El Comandante es un remedo de Quijote provinciano, una suerte de Caballero de París fantasioso y tranquilo.
Su edad es imposible de establecer, pues parece como detenido en el tiempo. Tampoco se puede calcular la cantidad y naturaleza de los objetos que almacena con hermético celo en los bolsillos a guisa de patrimonio, y que van desde «documentos secretos» hasta pedazos de madera, trocitos de cuerdas, recortes de periódicos, sorullos de cartón y mochos de lápices recogidos en plena vía pública o regalos de transeúntes piadosos.
Presume de su «alta jerarquía» militar y no admite ambigüedades con respecto los galones que alguien con alma samaritana le colocó sobre los hombros. Si no se le quiere enojar, que nadie lo trate de capitán o de teniente: ¡Co-man-dan-te! Y cuando escuchen su silbato pulverizar el silencio del mediodía, presten atención, porque será el preludio de una de sus parrafadas, llenas de chiflada sabiduría.
Un familiar de El Comandante me contó que nuestro hombre fue en sus buenos tiempos un joven dispuesto, trabajador, hacendoso y amigo de hacer el bien. Pero un medicamento mal administrado y peor asimilado le perturbó las entendederas. Desde entonces cada mañana recorre las calles del centro citadino vestido de militar, reminiscencia tal vez de su breve tránsito por la vida de uniforme.
Sin embargo, y a pesar de su discapacidad mental, El Comandante es capaz de mantener con el interlocutor que lo respete una conversación coherente y fluida. Lo he observado en el parque Vicente García disertar sobre temas del pasado o de la actualidad, ante el asombro de sus contertulios. Y si de dignidad se trata, él la tiene por arrobas. Nunca pide limosnas ni pernocta fuera de casa. Tampoco acepta chucherías ni refrigerios de desconocidos en su itinerario.
La ciudadanía lo acepta como a uno más de los suyos. Aunque si alguien osara tomarle el pelo, él lo enfrentaría y lo pondría en su lugar. El Comandante puede montar en cólera ante las burlas de los guasones, y ¡ay si alguno se le aproxima! Más de uno ha tenido que sufrir en su anatomía el precio del agravio por vía de un puñetazo.
Alberto Álvarez Jaramillo, El Comandante, tal vez ignore que él es un auténtico personaje de las calles tuneras. Un símbolo legítimo que improvisa pies forzados, respeta a los niños, detesta a los delincuentes, ofrece los buenos días, socorre a los ancianos, viste de limpio, saluda la bandera y ama a su tierra. ¿Se le puede pedir mayor cordura a un hombre?
Por Juan Morales Agüero 

Acontecer

Opinión Gráfica

Noticias destacadas de Las Tunas

Siguenos en:

siguenos en facebook siguenos en Twitter Rss feed

Video destacado

Entrada destacada

Ganan realizadores de Tunasvisión Gran Premio Caracol de la Uneac

El documental Espírita sesion, de los realizadores de Tunasvisión Waldina Almaguer Medina y Gianny López Brito , ganaron el Gran Premio en ...

De Cuba

Del Mundo