Cuando en 1972, Rafael Quiroga Álvarez llegó a Radio Libertad conocía muy poco del “mejor oficio del mundo”. Eran tiempos de inicio laboral tras el Servicio Militar. Entre incertidumbres y la voluntad de emplearse, aceptó la oferta el santiaguero atrapado por amor en Puerto Padre. Presagiaban aquellos días retos de aprendizaje, por fortuna tendría a Abel Peña Labrada de maestro.
Sobrevendrían entonces las coberturas, la búsqueda de la noticia, el gran desafío: aprender desde el lugar de los hechos y la Redacción. Diez años después, alcanzar la Licenciatura en Periodismo en la Universidad de Oriente, mediante curso por encuentro, hablaría de constancia, empeño y encantamiento por el noble ejercicio.
Galardones, reconocimientos, prestigio social, distinciones… avalan su quehacer en sus 47 años. El diálogo se torna difícil para un cazador, cazado por una de sus discípulas; no obstante, fluye unos minutos después de conocer que es acreedor del Premio Provincial de Periodismo Por la Obra de la Vida Rosano Zamora Paadín.
Emocionado rememora esta casi media centuria de faena. Afloran anécdotas y revive una de esas coberturas que lo marcaron para siempre.
“Me dicen que debía acompañar al primer secretario del Partido al central y allá supe que se trataba de una visita de Fidel Castro al ingenio y luego un recorrido por áreas cañeras. Imagínate el significado. De todos los medios de la provincia y algunos del país me llamaron colegas para que les diera la noticia”.
Después de esa lección, en la que confluyeron en pleno los valores de la noticia, vinieron otras de similar alcance y Quiroga demostraría su sagacidad.
“He informado a la audiencia de sucesos sobre la mayoría de los sectores del territorio: maniobras militares, creación de industrias, movilizaciones de pueblo, visitas de dirigentes de la Revolución… Pero haber permanecido más de 20 años atendiendo la agroindustria azucarera me permitió crecer como profesional”.
FORMADOR DE FUTURO
“Cuando Antonio Moltó era director de la Radio en oriente, me solicitó contribuir con el trabajo informativo de Radio Mambí y CMKC, en Santiago de Cuba. Por allá estuve alrededor de tres meses; luego en Radio Maboas y en Manatí, siempre enseñando y aprendiendo a la vez, porque en este oficio cada día hay un nuevo conocimiento.
“Asimismo, he asumido tutorías en prácticas preprofesionales y adiestramiento de recién graduados o reorientados, ello me produce un goce extraordinario, porque igual me nutro de estas generaciones”.
El Premio Provincial de Radio Por la Obra de la Vida Rafael Urbino Montoya acredita su andar profesional, seducido por la magia de surcar el éter.
“La radio tiene ese poder de atrapar, y en mi caso, ha sido el regazo de toda mi trayectoria laboral. De buenas y no tan buenas, de alegrías y tristezas, así han sido mis 47 años en el periodismo, profesión que me caló hasta el tuétano”.
Las nuevas tecnologías y los renovados escenarios de comunicación obligan a cambiar el discurso periodístico.
“El periodismo está en constante transformación. Ya las rutinas ni se parecen a las primeras, ni siquiera a las de hace un quinquenio, por eso hay que superarse siempre. Las audiencias nos reclaman más objetividad, y para ello debemos prepararnos diariamente”.
Ahora el Premio Rosano Zamora Paadín viene a sumar una guirnalda muy apreciada.
“Resume una trayectoria. Desde hace cinco años en mi delegación de base de la UPEC me han nominado, llegó ahora. Otros colegas con méritos suficientes también lo merecen. No lo siento individual, sino como un premio al sector, a mi Radio Libertad en sus 80 años, a mis compañeros que se desempeñan en condiciones difíciles”.
Un reportero de vasta experiencia, que sabe desentrañar la noticia y contar las historias con peculiar cadencia, así es Rafael Quiroga Álvarez.