José Luis Estrada Betancourt descansa eternamente en Las Tunas. Sus cenizas han llegado al hogar, a su barrio de toda la vida, a los brazos de su adorada madre, Juana.
Con sus restos mortales ha regresado el colega reconocido, admirado, querido, y con ellos ha vuelto un hijo a su tierra. Aquí lo esperó Juana para arroparlo en la memoria y luego llevarlo al Cementerio «Vicente García González«
En Menocal 53, en pleno centro de la ciudad, nació José Luis y el número de su hogar marca también la cantidad de años que le regaló la vida. Durante la espera por la vuelta a casa, se congregaron vecinos que no dejaban dudas del cariño que le tuvieron siempre. Sus amigos del pre Luis Urquiza Jorge han dejado pruebas de su afecto infinito, aunque ya no esté en ese reencuentro que organizaba.
El pasado 21 de agosto murió en La Habana víctima de la Covid, pero su descanso eterno será en casa.