sábado, 25 de septiembre de 2021



En vísperas del 225 aniversario de su fundación (será este 26 de septiembre), la ciudad de Las Tunas saldó —¡por fin!— una deuda afectiva con uno de sus símbolos más distintivos. En efecto, en horas de la mañana de hoy fue develada una escultura a tamaño natural de Alberto Álvarez Jaramillo, popularmente conocido por El Comandante, el carismático personaje que solía deambular por nuestro centro histórico y que con los años devino una pieza más de su bicentenario entorno. 

                            
La obra artística salió de la imaginación y las manos del joven escultor Ángel Luis Velázquez, y se muestra al público en los portales de la filial tunera del Fondo Cubano de Bienes Culturales. A la presentación oficial concurrieron decenas de tuneros, quienes, entusiasmados y agradecidos por el homenaje, procedieron a hacerse fotos junto a la figura en ferro cemento de quien será, eternamente, uno de los íconos de nuestra villa. Trascribo a continuación las palabras que escribí para el catálogo de presentación:

PALABRAS PARA EL CATÁLOGO

Todas las ciudades tienen símbolos. Algunas cuentan con himnos y otras con escudos. Las Tunas tiene himno y escudo. Pero tiene también a Alberto Álvarez Jaramillo, El Comandante, un auténtico emblema adosado a cada una de sus calles. Su imperecedero recuerdo las enaltece y honra. Y su flamante escultura las dignifica y engalana. Alberto, El Comandante, era de naturaleza matutina. Con cada amanecer ganaba la calle, envuelto en la fantasiosa niebla de sus ensueños. Su atuendo verdeolivo, su gorra carmesí y sus galones imaginarios eran su signo distintivo. Así recorría el centro de la ciudad, con paradas breves para dirigir un tránsito ficticio, o para discursear una jerigonza con afectadas poses de tribuno. Alberto Álvarez Jaramillo, El Comandante, fue un remedo de Quijote provinciano, de Caballero de París noble y pacífico. Hizo del respeto una norma y de la decencia una conducta. Nunca pidió limosnas ni inspiró lástima. Sus perturbadas facultades le impidieron saber que fue una alegoría, un atributo ciudadano que detestaba a los delincuentes, improvisaba pies forzados, admiraba a Fidel y saludaba la bandera. Amigos y amigas, ¿se le pudo pedir mayor cordura a un hombre?

Por Juan Morales Agüero






Fotos: ReyLópez.

Acontecer

Opinión Gráfica

Noticias destacadas de Las Tunas

Siguenos en:

siguenos en facebook siguenos en Twitter Rss feed

Video destacado

Entrada destacada

Ganan realizadores de Tunasvisión Gran Premio Caracol de la Uneac

El documental Espírita sesion, de los realizadores de Tunasvisión Waldina Almaguer Medina y Gianny López Brito , ganaron el Gran Premio en ...

De Cuba

Del Mundo