Aquel día, el director fundador del periódico por entonces,
José Infante Reyes, partió temprano para Santiago de Cuba, a entregarle el
primer ejemplar de 26 a Faure Chomón, primer secretario del Partido en Las
Tunas, para que se lo hiciera llegar al Comandante en Jefe, presente en la
Ciudad Héroe por el aniversario del ataque al Cuartel Moncada.
Aquella edición príncipe, y las que le continuaron durante varios
años, propició el estreno de dos novedades tecnológicas: el fotograbado y el
linotipo. Sin embargo, la obsolescencia de otros equipos requirió traer desde Banes una vieja
rotoplana fabricada en 1910 en Estados Unidos, a la que hubo que innovar para ponerla
a punto. Podía hacer cuatro impresiones en negro, además de cortar y facturar
los ejemplares.
Otra conquista tecnológica de 26 en aquella época
fundacional, y según es investigador y colega Juan Emilio Batista en su libro
sobre el tema, fue el debut del primer grabado de la historia local de las
artes gráficas. Se imprimió en los colores rojo y negro en la edición del
primero de mayo de 1979, gracias al talento y a la consagración de los
trabajadores.
Una transformación significativa ocurrió el 17 de junio de
1985, cuando la redacción de 26 se mudó definitivamente para la Unidad Gráfica
Alejo Carpentier. El equipamiento de la
instalación hizo posible elevar la tirada a 40 mil ejemplares gracias una
moderna máquina rotativa de fabricación soviética que mejoró notablemente todo
el proceso de impresión.
La irrupción del Período Especial y las restricciones
económicas que fue necesario establecer afectaron la edición y circulación de
26. Uno de sus primeros impactos fue que
pasó de tamaño estándar a tabloide, lo cual disminuyó su espacio gráfico y redaccional. Su salida
también se vio afectada, pues de diario pasó a editarse tres, dos y hasta una
vez por semana, con ocho, e, incluso,
cuatro páginas, y 35 mil ejemplares
Durante sus primeros años, 26 fue, además de órgano de
prensa, una suerte de academia, pues su equipo de trabajo se vio obligado a
formarse profesionalmente al socaire de cada nueva edición. Casi ninguno de sus
reporteros conocía a fondo la técnica periodística o los elementos básicos de
la fotografía, y ninguno tenía título universitario.
Un espectacular salto de calidad tecnológica sobrevino el 25
de abril de 1997, al influjo de un
programa nacional para modernizar la prensa cubana. Aquel día, 26 salió con
nuevo rostro tipográfico y una impresión impecable, conseguidos por la moderna vía de la computación.
Para afrontar esta nueva etapa editorial, todo su personal
técnico tuvo que someterse a un adiestramiento de emergencia en el dominio las
nuevas tecnologías. Desde entonces la impresión de 26 se realiza en el
Combinado Poligráfico José Miró Argenter, en la ciudad de Holguín
Durante todos estos años de salida ininterrumpida, el
periódico tunero se ha ganado la preferencia de sus lectores, le ha tomado el
pulso a la actualidad noticiosa de su jurisdicción y ha devenido vocero de sus
principales conquistas tanto en lo económico como en lo social.
Pero 26 ha ido todavía más lejos. Desde el 15 de marzo de
2002 trascendió el soporte de papel para hacerse presente en la llamada red de
redes. Desde su página web, titulada 26 Digital, difunde cada día por todas las
latitudes el semblante de Las Tunas. Millares de visitas diarias dan fe del
valor que los cibernautas le confieren a este sitio.
El periódico 26 cumplirá próximamente 40 años de
fundado. Más que el órgano oficial del
Comité Provincial del Partido, es la publicación por la que los tuneros
continúan manifestando una marcada
preferencia.
Por Juan Morales Agüero