La nueva Constitución de la República de Cuba, que será
sometida a referendo nacional, el próximo 24 de febrero y para el cual están
convocados más de 8 millones de cubanos, es sin lugar a dudas una de las más
avanzadas de América Latina.
Sus preceptos, formulados, luego de una amplia y
participativa consulta popular, están guiados por lo más progresista del
pensamiento revolucionario en Cuba, Latinoamérica y el mundo, en particular,
por el ideario y ejemplos de Martí, Fidel y las doctrinas marxista-leninista.
En el preámbulo del texto se consigna explícitamente, que
Cuba no volverá jamás al capitalismo, sistema social sustentado en la
explotación de los trabajadores y la injusticia social a la que se expone a las
grandes mayorías de la población.
Por todo ello, su primer artículo proclama, que nuestro país
es un estado socialista de derecho y justicia social, democrático,
independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos, como
república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el
humanismo, la equidad, la igualdad, la solidaridad y el bienestar colectivo.
Un texto basado en
tales fundamentos y apoyado por una larga experiencia revolucionaria de 60
años, con sus aciertos, deficiencias y rectificaciones, suscita una amplia
aprobación de los cubanos convocados a las urnas y de numerosas personas del
planeta.
Es, sin lugar a dudas, la continuación histórica, de las
aprobadas por los mambises durante las guerras por la independencia y la
soberanía nacional, en su lucha contra el colonialismo y de la refrendada por el voto popular en
1976, aún vigente.
Los comicios del 24 de febrero próximo, serán una prueba de
la democracia socialista y la participativa
forjada durante el proceso
revolucionario cubano, que a partir de la nueva Constitución entrará en una
etapa de perfeccionamiento y consolidación, para asumir los grandes retos
políticos, sociales y económicos de los próximos años.
En ese contexto, la
prensa cubana, identificada con las ideas y propósitos de la Revolución, ocupa
un lugar de vanguardia junto al pueblo, haciéndose eco de sus hazañas,
preocupaciones, señalamientos y sugerencias.
Nos disponemos a ser testigos de un acontecimiento
histórico, que será reflejado en nuestros medios con la objetividad que nos caracteriza.
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán.