En nuestro país rige un sistema de economía socialista,
basado en la propiedad de todo el pueblo sobre los medios fundamentales de
producción y la dirección planificada de la economía.
Ello significa, que el estado dirige, regula y controla las
actividades económicas, conciliando los intereses nacionales, territoriales,
colectivos e individuales, en beneficio de la sociedad.
La nueva
Constitución, establece con claridad, que los trabajadores de esas
entidades, tienen el derecho de participar en
los procesos de planificación, regulación, gestión y control de su
economía.
Para ello, las leyes regularán como se concreta esa
participación en las empresas, establecimientos y unidades productivas o
presupuestadas.
Es decir, que todo el espectro de entidades administradas por el estado, estarán bajo el control de los
colectivos obreros, a los cuales se deberá rendir cuentas de sus respectivas
gestiones.
Además, la futura Carta Magna reconoce otros tipos de
propiedad, como son las cooperativas, los bienes de las organizaciones
políticas, de masas y sociales, así como la propiedad privada, la mixta y otras
que establecerán las leyes reguladoras del ejercicio y alcance de esas formas
no estatales de propiedad.
Ese reconocimiento, no significa un paso atrás, de otras medidas
adoptadas en el transcurso del proceso
revolucionario, al contrario, constituye una sabia rectificación y
actualización, de un sistema en constante proceso de perfeccionamiento.
Algunas de ellas, como las cooperativas agropecuarias,
surgieron en los primeros años, y otras formas, como las inversiones
extranjeras, las empresas mixtas, se aprobaron en la década de los 90,
mientras las cooperativas no
agropecuarias y la ampliación del trabajo por cuenta propia, son más recientes.
Ninguna de ellas niega la existencia en nuestro país, de un
sistema económico y social de carácter socialista, sino que lo complementan y
devienen en fuentes de nuevos empleos y de ingresos económicos para el país, a
través de una adecuada regulación tributaria.
Sobre este tema, como los demás expuestos en la
Constitución, se manifestaron decenas de miles de cubanos, durante el proceso de consulta popular y contribuyeron a
darle mayor claridad y alcance al mencionado documento.
Es sencillamente, una práctica reiterada en nuestro país,
que pone de manifiesto, la amplia participación de las masas en los asuntos más
importantes de la nación, los
territorios y las comunidades y centros laborales o estudiantiles donde
desarrollan sus actividades.
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán