Entre las múltiples razones por las que los hijos de Puerto Padre manifiestan marcado orgullo y sentido de pertenencia figura en un escaño relevante la emisora CMKY, Radio Libertad, ese monumento a la cultura y la información cuya señal emprende cada día un viaje a través del éter para entrar en sintonía con la gran familia de la carismática y hermosa Villa Azul de Cuba.
La también llamada Onda del Azúcar salió al aire por primera
vez el 24 de febrero de 1940. En aquel entonces se constituyó en la tercera
planta de su tipo en operar en la parte norte de la antigua provincia de
Oriente, 10 años antes que la ciudad de Victoria de las Tunas tuviera la suya y
18 almanaques después de que Luis Casas Romero colocara en antena en La Habana
la 2LC, pionera de las emisoras radiales cubanas, el 22 de agosto de 1922.
La historia de Radio Libertad está estrechamente ligada al
nombre de Pedro Zacca Cheda, un emigrante libanés nacido en Beirut y aplatanado
en la zona, a cuyo entusiasmo y consagración debe la planta su propia
existencia, pues fue su fundador y durante muchísimo tiempo también su
propietario.
Zacca, junto a un amigo de la propia villa llamado Rafael
López y conocido popularmente por Cuchiche, no solo le dio vida a la planta,
sino que diseñó también su primera programación a base de música de la época,
noticias del territorio y hasta propuestas dramáticas con talentos de la
localidad.
A pesar de depender en buena medida de la publicidad para
poder subsistir en aquella época, Radio Libertad jamás le hizo concesiones a la
politiquería ni se distanció de las masas. Así, desempeñó un importantísimo rol
en la demanda popular por la construcción de la carretera Puerto Padre-Las
Tunas y formó parte de la Cadena por la Paz auspiciada por la Organización de
las Naciones Unidas durante la Segunda Guerra Mundial.
No ha habido un suceso noticioso en los predios de Puerto
Padre al que Radio Libertad no le haya concedido cobertura. Y no solo en su
perímetro -que incluye Manatí, Chaparra, Holguín, Bayamo, Manzanillo y hasta
Nuevitas- sino que ahora, con las nuevas tecnologías, llega al mundo entero a
través de Internet, pues la planta cuenta con su propia página web.
El libanés Pedro Zacca Cheda, su fundador, falleció en 1996.
Lo hizo con la convicción de que había legado a los puertopadrenses una
institución cultural por la que ellos pueden sentirse legítimamente orgullosos.
Por Juan Morales Agüero