No hace mucho, en uno de los sistemáticos encuentros, que
efectúan los noveles periodistas de esta provincia, se pusieron sobre el tapete
temas que resultan muy interesantes y en los cuales debemos concentrar
esfuerzos para mejorar el periodismo que realizamos.
Al meditar sobre algunos de los asuntos planteados, me
atrevo asegurar, que la cuestión radica en NO arrastrar viejos modelos, que
persisten los cuales priorizan asuntos trillados,
que conducen a informaciones poco atractivas para un público
cada vez más exigente.
No obstante, si comparamos los materiales publicados 10 años
atrás con los actuales, nos percataremos del cambio positivo operado en
nuestros medios, tanto en el contenido como en la forma, pero indudablemente
que se puede mejorar mucho más.
Aún persisten, los clisé, las repeticiones innecesarias y la
rutina, mientras resultan insuficientes los trabajos de alto contenido humano,
estilístico y de interés general.
Esto puede mejorar, si se incrementan los materiales más
cercanos a la realidad, con sus diversos matices y donde aparezcan los
principales protagonistas de las grandes hazañas que realiza la población cada
día.
No se trata de saltos espectaculares, sujetos a un plan
estricto, pues hay que tener en cuenta otro principio: la calidad del texto.
Es una necesidad imperiosa lograrlo, máxime cuando muchos no
disponen de todo el tiempo y buscan en la prensa escrita o audiovisual, los
temas que más les interesan.
En consonancia con esas aspiraciones, se encaminan los
preparativos del próximo Congreso de los periodistas cubanos, conscientes de
que, en gran medida, todo no depende de leyes disposiciones y normativas con
respecto a los medios.
El papel, fundamental corresponde a la profesionalidad, la
creatividad, la consagración y la agresividad, en el mejor sentido de la
palabra, de los propios periodistas.
De algo no tenemos la menor duda, y es, que hoy contamos con
un destacamento de colegas, con elevada preparación técnica y cultural para
ejercer el oficio, comprometidos con la Revolución y con enormes deseos de
hacer un trabajo mejor.
Por: Luís Manuel Quesada Kindelán.